El FC Barcelona firmará más incorporaciones antes del cierre del mercado de verano. Si bien parece que podría cerrarse próximamente el fichaje de Douglas, lateral del Sao Paulo, el club busca un jugador con más cartel internacional para reforzar la plantilla. La sanción de la FIFA, que imposibilita al club realizar fichajes el próximo verano, puede precipitar la llegada de uno de los tres nombres que más han sonado este verano: Koke Resurrección, Juan Guillermo Cuadrado y Marco Reus.
Koke es el preferido, probablemente, por todo el mundo: entrenador, jugadores, directiva y afición. Sin embargo, también es el más caro de los tres y ha dicho por activa y por pasiva que esta temporada estaba comprometido con el Atlético de Madrid, club en el que se formó. Su incorporación en estos momentos no es imprescindible para el Barça, ya que goza de un centro del campo superpoblado tras la decisión de Xavi de continuar. La única estrategia factible en este sentido consistiría en ficharlo y cederlo esta temporada al Atlético para poderlo incorporar de cara a la próxima temporada.
Más probable sería, en cambio, la contratación de Juan Guillermo Cuadrado. El extremo colombiano de la Fiorentina responde exactamente a lo que busca Luis Enrique. Un jugador de banda, con velocidad, regate y gol que podría jugar de delantero –donde solo figuran Messi, Neymar, Suárez, Pedro y Rafinha– y de lateral derecho, en función de las necesidades del técnico. El Barça lleva meses detrás de él pero se encareció tras el Mundial y las negociaciones terminaron por enfriarse. Teniendo en cuenta que Alves acaba contrato el año que viene y que saldrá del club, es la opción más seria en estos momentos.
Marco Reus es el tapado. Un futbolista que además de para el Barça ha sonado para el Real Madrid y, especialmente, para el Atlético. Se trata de un centrocampista con cualidades de extremo y vocación ofensiva que reforzaría mucho la plantilla pero, posiblemente, no tendría un sitio garantizado en el once titular. Su situación contractual con el Borussia Dortmund –termina contrato en 2017 pero existe una cláusula que posibilitaría su salida en 2015 por 35 millones– ayudaría a que el Barça pagase un precio mucho más competitivo por él que por los otros dos futbolistas.