Carles Vilarrubí, vicepresidente del área institucional, fue el representante del Barça en un debate en el que también participaron Egon Franck (miembro de la UEEFA Club Financial Control Body), Jaume García (catedrático de economía aplicada de la Universitat Pompeu Fabra) y Plácido Rodríguez (catedrático de la Universidad de Oviedo). Todas las exposiciones y la posterior mesa redonda quedan recogidos en el libro “El impacto de la crisis en el fútbol. Estrategias adaptativas”.
“Las crisis financieras son omnipresentes en la historia del fútbol. No nos encontramos en una época distinta”, recalcó Szymanski, quien recalcó que la actual situación no es crítica y recordó la crisis de los años 80 de los clubes españoles que derivó en su conversión en Sociedades Anónimas Deportivas con cuatro excepciones: FC Barcelona, Real Madrid, Athletic y Osasuna. “Aunque la prensa diga que en Alemania hay un modelo financiero estable, el Borussia Dortmund tuvo que ser rescatado por el Bayern hace 10 años. El Schalke y el Kaiserslautern también tuvieron problemas en la pasada década”, añadió Szymanski.
La postura de la UEFA
Franck, representante de la UEFA, no compartió la visión optimista de Szymanski y defendió el “Juego limpio financiero” que promueve el organismo que preside Michel Platini. “Los clubes no pueden gastar, sistemáticamente, más de lo que ganan. El 56% de los 734 clubes de primera son deficitarios, denunció Franck.
Rodríguez, expresidente del Sporting de Gijón, remarcó que el “gran cambio” del fútbol llegó gracias a los ingresos por televisión, que se multiplicaron por tres, en apenas dos años, a partir de la temporada 95-96. Este incremento comportó que se duplicaran los salarios de los futbolistas. “En el fútbol tendría que existir un sistema de alertas desde hace muchos años”, sostuvo Rodríguez.
García, por su parte, se preguntó ¿qué es la economía del deporte? En su intervención, el catedrático de economía aplicada remarcó que “las empresas del deporte necesitan competidores, mientras que el resto de empresas prefiere un régimen de monopolio”. “Si la empresa de Joe Louis quería beneficios y ganar dinero, necesitaba la empresa de Max Schmeling”, añadió, en referencia a los dos grandes boxeadores del siglo XX.